domingo, 5 de junio de 2016

Bla, bla, bla




 Dice el preámbulo de la Constitución, que  fue decretada, sancionada y promulgada para …  “fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo”,  … y hasta para “ impulsar la integración de la comunidad latinoamericana”.

 Sin caminar lejos se verifica que sobre la “carretera panamericana”,  que básicamente   debiera integrar a Cauca y Valle del Cauca, no hay igualdad, convivencia, orden político, libertad, paz, justicia, ni democracia,  ningún valor del ambicioso preámbulo constitucional rige hoy allí.

 Si un ciudadano indio, negro, mestizo, o zambo, el que más se ajuste a la realidad étnica del sector, resuelve viajar desde Popayán hasta Puerto Tejada a trabajar,   
todo dentro de estrechos límites geográficos departamentales, se topa con que no hay servicio de transporte en bus, ni en chiva, ni en camión, ni en nada que ruede por tierra.

 Sorprendido ante la imposibilidad de comprar un pasaje, interroga a la expendedora sobre las razones de tan arbitraria limitación para movilizarse,  y la señora le responde: los indios.
¡Cómo así!, grita, yo soy colombiano, y tengo derecho a circular libremente por todo el territorio nacional;  y se queda pensando, y agrega, así lo consagra la Constitución que rige para todos, los indios no me pueden secuestrar.

 Eso lo oye un pelirrojo, un pobre campesino al que sus paisanos presumen europeo y que de tal solo tiene el color de los cabellos,  porque al momento de la conquista él ya descendía de los súbditos del cacique Timbú, aquí en las goteras de Popayán,  en donde los indios acaban de quemarle un carro patrullero a la policía.

 Angustiado el pelirojo se inquieta porque tiene una cita urgente en Cali, pues un médico particular  al que debió acudir ante la negativa de su EPS para remitirlo al especialista le diagnosticó una disfunción orgánica que debe corregirse para evitarle la muerte prematura, pero la  ayuda quirúrgica no existe en Popayán, … y al final rezonga: indios de mierda, -con el perdón de mi tatarabuela-, piensa.

 Estamos como en los tiempos de la creación, sin saber cómo ni cuándo alcanzaremos los objetivos del mero preámbulo, y peor, porque ni siquiera sabemos hacia dónde nos llevan los que, dicen, representan los intereses de la sociedad y están al mando del Estado, unos, o al frente de la protesta social, otros.

 Es claro que si no se cumple el mínimo de tales postulados insertos en el preámbulo, esas metas hacia las que debe orientarse el rumbo de las instituciones en el plano interno, pues para qué ocuparse de analizar lo que suceda en materia de integración con otros países, como Ecuador,  o Venezuela en donde el dictador patea la convivencia y nuestro gobierno no se sacude.

 Ante tan magro panorama, aturde imaginar el uso que se le piense dar al resto de la Norma Superior, ahora que la sacaron a remate.

Miguel Antonio Velasco Cuevas

Popayán, 05.06.16