Dice el preámbulo de la Constitución, que fue decretada, sancionada y promulgada para … “fortalecer la unidad de la Nación y asegurar
a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la
igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico,
democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social
justo”, … y hasta para “ impulsar la
integración de la comunidad latinoamericana”.
Sin caminar lejos se verifica que sobre la “carretera
panamericana”, que básicamente debiera
integrar a Cauca y Valle del Cauca, no hay igualdad, convivencia, orden
político, libertad, paz, justicia, ni democracia, ningún valor del ambicioso preámbulo
constitucional rige hoy allí.
Si un ciudadano indio, negro, mestizo, o
zambo, el que más se ajuste a la realidad étnica del sector, resuelve viajar desde
Popayán hasta Puerto Tejada a trabajar,
todo dentro de estrechos límites
geográficos departamentales, se topa con que no hay servicio de transporte en
bus, ni en chiva, ni en camión, ni en nada que ruede por tierra.
Sorprendido ante la imposibilidad de comprar un
pasaje, interroga a la expendedora sobre las razones de tan arbitraria limitación
para movilizarse, y la señora le responde:
los indios.
¡Cómo así!, grita, yo soy colombiano,
y tengo derecho a circular libremente por todo el territorio nacional; y se queda pensando, y agrega, así lo consagra
la Constitución que rige para todos, los indios no me pueden secuestrar.
Eso lo oye un pelirrojo, un pobre campesino al
que sus paisanos presumen europeo y que de tal solo tiene el color de los
cabellos, porque al momento de la
conquista él ya descendía de los súbditos del cacique Timbú, aquí en las
goteras de Popayán, en donde los indios
acaban de quemarle un carro patrullero a la policía.
Angustiado el pelirojo se inquieta porque
tiene una cita urgente en Cali, pues un médico particular al que debió acudir ante la negativa de su EPS
para remitirlo al especialista le diagnosticó una disfunción orgánica que debe
corregirse para evitarle la muerte prematura, pero la ayuda quirúrgica no existe en Popayán, … y al final
rezonga: indios de mierda, -con el perdón de mi tatarabuela-, piensa.
Estamos como en los tiempos de la creación,
sin saber cómo ni cuándo alcanzaremos los objetivos del mero preámbulo, y peor,
porque ni siquiera sabemos hacia dónde nos llevan los que, dicen, representan
los intereses de la sociedad y están al mando del Estado, unos, o al frente de
la protesta social, otros.
Es claro que si no se cumple el mínimo de tales
postulados insertos en el preámbulo, esas metas hacia las que debe orientarse
el rumbo de las instituciones en el plano interno, pues para qué ocuparse de
analizar lo que suceda en materia de integración con otros países, como Ecuador,
o Venezuela en donde el dictador patea
la convivencia y nuestro gobierno no se sacude.
Ante tan magro panorama, aturde imaginar el
uso que se le piense dar al resto de la Norma Superior, ahora que la sacaron a
remate.
Miguel Antonio Velasco Cuevas
Popayán, 05.06.16