miércoles, 21 de septiembre de 2011

El compañero Angelino



El roce entre el Presidente Santos y el Vicepresidente Garzón abre espacio a debate que no quedará bajo el tapete de  limadas asperezas.

Cuando Santos candidato  nos sorprendió, escogiendo al compañero  Angelino para ocupar la Casa de Nariño, no tuvimos sentido del gusto para saborear bocados  y tragamos entero.

Entendimos que el candidato hacía una movida electoral  inteligente, y dimos por descartadas futuras protestas sindicales que suelen enfocarse contra los gobernantes y sus decisiones.

Si revoltosos voceros de la clase obrera, por puros malabares, llegan de sopetón a dirigir el Estado y ejercer el mando, no es posible imaginarlos hostilizando el Poder Ejecutivo que conforman.

Pero no comprendimos, con el Presidente Santos a la cabeza, que escoger al veterano dirigente obrero, no era sólo completar el mosaico fotográfico del tarjetón, sino ceder buena mordida de la función presidencial.

Tremenda equivocación nuestra y tormentoso error del Presidente Santos.

Claro que nos equivocamos todos, porque el exitoso liderazgo de Angelino, sus logros  pasados, su posicionamiento nacional e internacional conseguido a punta de paciencia y disciplina, impedían catalogarlo como guerrero en reposo. Los guerreros legendarios no descansan y Angelino pertenece a esa fauna.

La discusión futura no puede despistarse sobre la cifra que señala los parámetros de la pobreza nacional, ella sólo fue caballito de batalla para notificarle al Presidente y a la sociedad que el señor Vicepresidente, el actual,  no tiene la decorativa vocación de los testigos mudos ni de los bobos amañados. El “Garçon”  terrible que hoy nos cogobierna sabe qué y para qué es el poder.

Lo cierto es que, para futura memoria, quienes aspiren a ser Presidente, ya saben que el compañero de formula debe ser del mismo cachete, con las mismas angustias e idénticos  propósitos, debe pertenecer a la misma cantera ideológica e identificarse con  los mismos gustos alimenticios, porque demostrado queda que no es indicada la misma chequera para triturar chicharrones que para degustar caviar.

Nos queda la sensación de que Angelino pegó dos veces, pegó primero y pegó con tiempo. Faltan tres años para dar por cancelado el impasse, y en ese espacio temporal es mucha la lora que puede dar nuestro simpático dirigente gremial. Ya, en las primeras de cambio, tuvo la agudeza y las luces suficientes para repostar conforme al credo y a los postulados de su clase, la de los trabajadores asalariados que somos la inmensa mayoría de los colombianos. Iluminado estuvo cuando con  aire bonachón, sin rastros de amargura y suficiente personalidad, prestamente propuso su retiro a casa con el cargo de Vicepresidente entre las manos.

Paradójicamente, el hombre de luchas obreras, el batallador, el guerrero incansable, en su apasionada defensa de los derechos elementales también nos deja el bello mensaje de la resistencia pacífica, y hace honor a la poética metáfora de esos sindicalistas que, al no encontrar puntos de acuerdo con su patrono, antes que incendiar la fábrica, “...simplemente toman sus brazos y se marchan a casa...”

Miguel Antonio Velasco Cuevas
Popayán, 21.09.11