(Si algo nos va a pasar
... que se sepa esto)
¿Es un mensaje cifrado?
... no lo sé pero parece serlo.
Martillo letras sobre
la pantalla y pienso ... pienso lo que no debo pensar.
Lejos se escucha una
fiesta, pero no es fiesta, es concierto.
Aquí se tipifica una fiesta no bailable.
Antenoche recibí una
sorpresa que me desvela:
Una rara llamada
telefónica que comenzó con mi diminutivo.
Mi nombre pronunciado
por un desconocido.
Hola, hola, aló, aló, y
la voz volvió a la carga:
_ ¿Me conoces?
_ No, no te conozco.
_ ¿Quién piensas que
soy?
_ No, no lo sé.
... y la voz esperó
algo, la voz no, el dueño de la voz que pronunció mi nombre quería hacerme
decir que lo conozco.
Sí, con mi diminutivo
de por medio, la voz desconocida me preguntó si la conozco, o si conozco al
dueño de la voz, pero no, ... ni la conozco ni lo conozco, y me dijo que ya
viene.
Hace quince días la
misma voz le preguntó lo mismo a mi hija. Y le dijo algo más:
_ Soy tu sobrino ...
¿No me recuerdas?
_ No, no te recuerdo.
_ ¿Será posible que no
recuerdes a tu sobrino más querido?
_ ¿Quien eres?
_ Tu primo, ... ¡tu primo más querido!
Ella pensó que ni sus
sobrinos ni sus primos más queridos hablan así, con una voz tan aflautada.
Y la voz insistió:
_ Ya casi llego.
_ ¿A dónde?
_ A tu ciudad, estoy en
una escala técnica, ya casi llego.
_ ¿De dónde vienes?
_ Del norte, voy al
sur, pero hice escala en el Distrito Federal.
_ Umm ... no conozco a
nadie que esté viajando así, no tengo
primos ni sobrinos que vengan del norte para el sur con escala en México.
¿Te llamaron de aquí?
... le pregunté a mi hija, y me dijo no lo sé ... hay aplicaciones que permiten
modificar el origen real de la llamada, es más ... las aplicaciones permiten darle un origen cualquiera, el que tu
quieras, a cualquier llamada.
_ ¿Te sacó información?
_ No. no propiamente
... me dijo que era mi sobrino, después que mi primo, y como no tengo primos ni
sobrinos así tan raros ... pues colgué.
_Ah ... ah ... tan
parecido ... tan parecido ... lo que me dijo el tipo del carro ...
_ ¿Cuál carro?
_ Un carro que pasó y
... el tipo, ... el chofer, me gritó: ¡Hola primo!
Mi hermano se sentó
sobre la mesa de centro y todos nos quedamos pensativos.
Hace una semana hubo
otra llamada.
_ Hola tía.
_ ¿Tía?
_ Sí, tu eres mi tía
querida y yo soy tu sobrino más querido.
Mi hija colgó.
Sorprendidos esperamos
que no aparezca el misterioso viajero que conoce nuestros nombres y amenaza
llegar.
Sabemos, eso sí, que no es sobrino ni primo de mi hija, ni
conocido mío, ... y mi hermano, que oyó
el grito, tampoco conoce la voz.
Miguel Antonio Velasco
Cuevas
Popayán, 05.01.15