sábado, 24 de enero de 2015

Popayán mostrenco




 El paso del tiempo confiere a Popayán deplorable apariencia de predio abandonado.

 Ningún ciudadano cuerdo se opone al progreso de la ciudad, por el contrario todos respaldan los anhelos de crear empresa, generar empleo, y diversificar la actividad productiva para menguar la pobreza palpitante en sus calles, pero ello sin cohonestar atropellos y contrasentidos que dejan mala impresión, no tanto porque afectan movilidad y paisaje,  sino porque  confirman lo dicho por muchos:  que en Popayán, con argumentos en efectivo, se logra modificar el uso del suelo, usurpar el espacio público, reducir hasta el exterminio humedales y franjas verdes, y apoderarse de tramos largamente preservados para ampliar calzadas vehiculares y zonas peatonales.

 Las evidencias están a la luz: sobre terrenos que bordean la calle panamericana, única calle amplia de la ciudad, y única con posibilidades ciertas de ensanche a corto plazo, se producen feroces  rapiñas urbanísticas, de esas que sólo el capitalismo salvaje y la indolencia, o el silencio prepago de funcionarios encargados del control físico, podrían explicar.

 Aumenta allí el inmisericorde apoderamiento de espacios destinados a necesaria ampliación de esa arteria, sólo realizable sobre las brechas denominadas vías lentas, para que por allí fluya la sobrecarga automotora y la avalancha humana.

 Lo cierto es que desde el Centro Comercial Campanario, pasando de largo por la glorieta en donde todavía subsiste el monumento ecuestre al  libertador Simón Bolívar, casi hasta las instalaciones de la Policía Nacional, y desde Invías hasta el Inem, por el otro costado de la panamericana,  las vías lentas donde ellas existen, o los espacios a ellas destinados, aunque no estén asfaltados, sutilmente se vienen privatizando, prueba visible está en el tramo que corre entre Campanario y Catay, en donde los particulares  no sólo han levantado muros, divisiones callejeras, sino que han implementado aparcamientos irregulares.

 En todo ese trayecto vial, los escasos andenes permanecen obstruidos por vehículos estacionados frente a múltiples establecimientos comerciales con altísima afluencia de usuarios.  Y no es únicamente censurable la obstrucción de los andenes, lo lamentable es que como por allí se ubican centros médicos, odontológicos y farmacéuticos, los transeúntes, vulnerables seres humanos obligados a utilizar esos caminos, terminan arriesgando la vida y la escasa salud, porque deben bajarse a la calzada vehicular para sortear los obstáculos, las primorosas máquinas abusivamente aparcadas sobre los corredores.

 Pero "la tapa", como dicen las demagógicas pancartas publicitarias  del Acueducto de Popayán, se aprecia en los terrenos ubicados frente a la Nueva EPS, contiguos a oficinas de Movistar, vehículos Hyundai y Olímpica -antes Carulla-, en donde cercaron, encerraron la franja pública destinada al desplazamiento de los caminantes, alambraron el corredor peatonal, con evidente ruptura del paramento indiscutiblemente pre-establecido y demarcado por las fachadas de los vecinos establecimientos comerciales ya mencionados.

 Rápida inspección a la zona aún no intervenida, entre el acceso a la Nueva EPS y Empaques del Cauca, muestra vestigios del corredor peatonal.

 Plegaria: como algunos sabedores dicen que esas avilanteces dizque las agencian gentes muy delicadas, pues anticipo mi mensaje al cielo y le pido a Dios me libre de todo mal y peligro.

Miguel Antonio Velasco Cuevas

Popayán, 24.01.15