jueves, 24 de noviembre de 2011

Para poderles creer



Nada es fácil, ni siquiera lo que cuente con la venia de quienes tradicionalmente ponen y disponen.

Las complejidades del Cauca y Popayán, el desplazamiento forzado de campesinos, el abandono de tierras ganaderas, el auge de cultivos ilícitos, la minería ilegal financiada por bandas criminales, la indisciplina social, la profunda crisis de valores, la inveterada costumbre de amañar la contratación administrativa, el incremento del desempleo y el consecuente desbordamiento delincuencial en zonas urbanas y rurales, son capítulos densos para cualquier mandatario.

Cierto es que las intenciones se muestran sanas, y que la prédica electoral incluyó promesas de lucha anticorrupción, pero nada bueno puede anticiparse a la hora de las partijas burocráticas dentro de las administraciones que se avecinan.

Las atípicas alianzas ganadoras, por la disparidad de tendencias que aglutinan, son seguro semillero de contrariedades ideológicas y programáticas al momento de gobernar.

Conocimiento, talante, talento y prudencia en la negociación política, son las habilidades a mostrar por los nuevos ordenadores del gasto público, y verdaderos responsables del éxito o desbarajuste administrativo que su cuatrienio nos deje.

Al departamento le llega la irreversible desbandada guerrillera procedente del sur del Tolima y norte del Huila, en donde esos armados ilegales han perdido importantes asentamientos históricos.

La lucha guerrillera del futuro es por el control del Pacífico, en las planicies costaneras de la Cordillera Occidental, y por el dominio de los corredores estratégicos que comunican con la Cordillera Central.

Las bocanas del río Patía, el Napi, Saija, bajo Micay, el caudaloso Naya y todos los esteros selváticos que permiten navegación liviana, desde Tumaco en Nariño hasta Buenaventura en  el Valle, son los nuevos escenarios de la guerra en que se involucra al departamento del Cauca.

Guapi, López y Timbiquí, olvidados municipios del litoral caucano, son posiciones estratégicas para el trafico de estupefacientes en que ya están inmersos Argelia, El Tambo, Cajibío, Morales y Suárez, que a su vez limitan con los costaneros, y por donde existen desfiladeros hacia el interior del departamento y el país.

Dicho de otra manera, el Cañón de Las Hermosas será cambiado por casi todo el departamento del Cauca, puesto que desde las cimas de la Cordillera Central en el norte y centro del departamento, Tacueyó, Toribío, Jambaló, Mosoco, y desde las alturas del Macizo de Almaguer, soportaremos el embate violento de las Farc para mantener sus corredores hacia el Océano Pacífico.

Muy fino tendrán que hilar el Gobernador del Cauca y el Alcalde de Popayán, en la provisión de recursos logísticos, asistencia social, y facilitación de créditos blandos, especialmente al sector agropecuario, con el propósito de afianzar la sana productividad y fortalecer financieramente a los pobres y a los desempleados, para quitarles la humana tentación de vincularse a las milicias, a los combos de sicarios, o a los grupos de raspachines que, muy bien pagos, ya se resisten a recolectar café y a ejecutar lícitas faenas  del campo.

La clave de la prosperidad se funda en la inclusión de jóvenes marginados y no en    el reparto de prebendas que reclaman viejos empresarios electorales.

Miguel Antonio Velasco Cuevas
Popayán, 16.11.11