jueves, 22 de diciembre de 2011

El género confuso



Para dónde vaya la humanidad no lo sabemos. Históricamente nunca se sabe hacia donde se dirige. Va y viene, sube y baja, se invierte y se revierte sin perder su esencia, por lo que nunca deja de ser humanidad.

Pero aún así, siempre estaremos anhelando buena organización y excelente liderazgo para que subsista la solidaridad entre los pueblos, se preserven las buenas costumbres, se intensifique la protección del medio ambiente, y se haga conciencia universal sobre la procreación responsable.

Construir un mundo en el que valga la pena vivir es nuestra tarea inaplazable.

Por ahora, mientras nos pastorean hacia esa etapa fabulosa del Estado social y democrático de derecho,  ocupémonos de asuntos más tibios y más grises, pero menos fantásticos, porque de veras pertenecen a la agenda  tangible de estos tiempos reales.

El matrimonio de la Fiscal General  es un episodio tibio y gris, pero afortunadamente, porque tiene connotación familiar, encuadra en los lineamientos del derecho positivo y el derecho natural.

Lo que sí sorprende es la felicidad que embarga a la ministra australiana de Finanzas Penny Wong, quien acaba de tener su primera hija sin sufrir los dolores del parto;  ni más faltaba que toda una ministra tenga que parir en pleno sigloXXI; para eso está la resignada Sophie Allouache, su pareja lesbiana que no sólo satisface las aspiraciones paternales de la ministra, sino que le ahorra la incomoda tarea de amamantar la cría ante el concejo de ministros.

Otro suceso inopinado, ocurrido dentro de nuestro novelesco andamiaje normativo; que “ampara la familia como institución básica de la sociedad” (Art. 5º C.N.);  fue el  protagonizado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, al  entregar en adopción a dos niños  para que tengan por mamá al periodista norteamericano Chandler Burr,  sin que el adoptante extranjero se moleste, porque, como en el caso de la ministra padre, él  resultó ser un periodista madre.

Entender estos asuntos de género confuso no resulta fácil para quienes aprendimos otros conceptos sobre familia y crianza, pero el mundo de ahora es así, y carentes de explicaciones biológicas, tendremos que comprender sus reveses a punta de jurisprudencia, se supone que jurisprudencia muy autorizada, porque como en los Altos Tribunales del planeta tierra también se cuecen habas, algunos colegiados gustan de movimientos en cualquier sentido, aunque en condiciones normales debieran hacerlo en uno único.

Si la reforma educativa que se avecina asume, de manera frontal e integral, los  espinosos temas de paternidad y maternidad responsables, no cómo situaciones incidentales de género, sino como funciones morales ineludibles, derivadas de la naturaleza humana, y encaminadas a la conservación de la especie, daremos un paso gigantesco en planificación familiar, y en la adopción temprana de métodos anticonceptivos que nos ahorren la afrentosa disputa política sobre la conveniencia o inconveniencia clínica del aborto.

Feliz navidad y venturoso año para todos, inclusive para  los de género confuso.

Coletilla: Ya una reina de belleza nos había advertido que “...hombre con hombre, mujer con mujer, del mismo modo en el sentido contrario... el mundo está evolucionando... ”.

Miguel Antonio Velasco Cuevas
Popayán, 18.12.11