Con el triunfo de Polonia sobre el
Ejército Rojo llegó un largo día de gloria para la lejana Wadowice y para la
Iglesia Católica.
El 18 de mayo de 1920, en un modesto
apartamento situado al frente de la Iglesia del Perpetuo Socorro, mientras se
entonaban las vísperas en honor a la Virgen María, nació Karol Józef Wojtyla,
hijo de Edmud y Emilia.
"Lolek" el diminutivo con
que Emilia llamaba a su bebé, escuchaba
los cuentos que ella le leía en el jardín después de bañarlo en una palangana.
La frágil salud de la madre la
obligaba a guardar cama durante semanas enteras, tiempos en los que Edmud
preparaba la comida para alimentar a Karol que regresaba de la escuela.
El 13 de abril de 1929, al terminar
el recreo, su profesora se le acercó para decirle: "Tu madre
murió". Complicaciones renales y
cardiacas llevaron a la tumba a la mujer que le dio la vida, y a la que años
después el joven seminarista evocaría en hermosa composición poética:
"En tu blanca tumba
florecen las flores blancas de la
vida.
Oh, ¿cuántos años se han ido ya
sin estar contigo? ¿Cuántos años?
En tu blanca tumba
cerrada desde hace tanto
algo parece surgir:
inexplicable como la muerte.
En tu blanca tumba,
Madre, mi fallecido amor..."
Esa pérdida temprana lo llevó a
refugiarse en la oración y cuando le preguntaban por su madre el niño respondía
que Dios la había llamado. Más tarde en 1932
cuando perdió a su hermano mayor, un joven médico que se contagió de
escarlatina en el hospital donde trabajaba, recibió la trágica noticia con esta
resignada exclamación: "Era la voluntad de Dios".
Ese muchacho que hacía pelotas de
trapo para jugar futbol con su papá dentro del pequeño apartamento en que
vivían, que se distinguió como excelente amigo, mejor estudiante y católico
ejemplar, también sintió la saeta de cupido, y con Halina Królikiewicz, su
amiga de juventud, bailaba polonesas, mazurcas, valses y tangos. Él, como
cualquiera de su edad, era un muchacho de carne y hueso que no se espantó cuando los compañeros de colegio descorcharon una botella de brandy al
regreso de un paseo.
El 18 de febrero de 1941, cuando
llegó con el almuerzo para su padre enfermo, encontró muerto a Edmund. "No
estuve presente cuando mi madre murió, no estuve presente cuando mi hermano murió,
no estuve presente cuando mi padre murió" fue la llorosa queja que puso en
los hombros de María Kydrynski, la amiga que en ese instante lo acompañaba.
El primero de noviembre de 1946
Wojtyla fue ordenado sacerdote tras aprobar teología con excelentes notas en la
Universidad Jagellona, donde sus compañeros de estudio le tomaban el pelo por
su extraordinaria devoción y le pusieron en la puerta de su cuarto una esquela
que decía: "Karol Wojtyla, futuro santo".
El pasado domingo, 27 de abril, se
cumplió la mística premonición de sus colegas; San Juan Pablo II, a quien vimos
en Colombia, es el nuevo apoderado que tenemos ante la Corte Celestial.
Miguel Antonio Velasco Cuevas
Popayán, 27.04.14
(Bibliografía: Su Santidad, Carl
Bernstein y Marco Politi, Editorlal Norma, Colombia, 1996)